Todo cuanto quieras.

Que Miranda Kerr es una mamá todo-terreno lo sabemos desde hace tiempo, pero es verla con su hijo Flynn en brazos, con taconazos, pantalones blancos (el blanco cerca de los niños es un peligro) y tan perfecta como siempre... y es imposible no tener envidia (de la sana) hacia ella.

Espero que os guste.

Feliz miércoles.