Otro año.

Por fin hemos llegado a la última semana de clases antes de las esperadísismas vacaciones. Este año tengo más ganas que nunca, porque creo que por fin voy a poder empezar a disfrutarlas. El año pasado en estas fechas estaba el día entero delante del ordenador escribiendo trabajos y leyendo textos de sociología.

Sí es cierto que este año tengo que preparar un examen, pero es uno y lo tengo más sabido que mi nombre. Así que sí, lo machacaré, pero no necesito pasarme días enteros repitiendo una cosas hasta conseguir memorizarla.

Por otra parte también aprovecharé para repasar todo lo aprendido en clase durante estos tres últimos meses, pero lo que sí os puedo asegurar es que este año me lo voy a pasar como una enana.

Aunque mañana no tengo clase, tengo que ir a recoger mi móvil, a ver qué me cuentan. Llevo semana y media sin él, y si que es verdad que he estado un poco más incomunicada de lo normal, pero donde más en falta lo he echado ha sido en el camino de casa a clase y al revés. Espero no tener que darme un paseito hasta Bilbao, que la verdad es que no me apetece mucho.

En fin, como el año se va acabando, y según la profecía maya, el 21 de diciembre (este viernes) se va a acabar el mundo, hoy he querido hacer una entrada diferente, enseñándoos unas de mis fotos favoritas de este año. (Me abstengo de subir mis mejores fotos porque sale más gente, y algunos no estaban en condiciones de aparecer por aquí aunque la foto sea una maravilla).

Espero que os gusten.

Feliz lunes.